Pese a la débil demanda global, el transporte marítimo de contenedores navega bajo una inercia forjada en otro tiempo.
La industria naviera continúa expandiendo su capacidad con récord de nuevos buques (1,18 millones de TEUs en 2025), a pesar de la baja demanda y proyecciones desfavorables. Analistas como Jon Monroe advierten que el sector opera con «tecno-optimismo» desconectado de la realidad económica, mientras puertos invierten miles de millones en infraestructura para megabuques (hasta 24,000 TEUs), incluso creando terrenos artificiales en el mar.
Monroe señala cuatro riesgos clave:
- Sobrecapacidad: Se esperan entregas récord de buques hasta 2027.
- Consumo débil: La confianza del consumidor en EE.UU. cayó a mínimos, con aranceles que impactarán pronto.
- Cambios en manufactura: Las rutas se alteran por estrategias como el nearshoring y aranceles.
- Crisis geopolíticas: Ataques en el Mar Rojo, piratería y tensiones en Taiwán elevan costos.
Con una economía global frágil (inflación, tasas altas y despidos), el analista prevé un ajuste forzado: las navieras deberán cancelar rutas y adaptarse a una demanda que no justifica su crecimiento actual. «La industria avanza con la inercia de un auge que ya terminó», concluye.