Las medidas elevan la tensión comercial con EE. UU. y podrían afectar el tráfico marítimo global.
China impuso desde el 14 de octubre gravámenes portuarios a buques con participación estadounidense, una medida que agrava la disputa marítima con Washington y podría generar disrupciones en el comercio internacional. Según Bloomberg, los tanqueros y portacontenedores serán los más afectados, con hasta un 16% de las naves sujetas a los nuevos recargos.
La decisión surge tras la entrada en vigor de tarifas similares impuestas por Estados Unidos a embarcaciones chinas, como parte de su estrategia para reducir la dependencia de la industria naval del país asiático.
Paralelamente, Pekín sancionó a las filiales estadounidenses del astillero surcoreano Hanwha Ocean, acusándolas de colaborar con investigaciones del gobierno estadounidense. La medida prohíbe a empresas y ciudadanos chinos mantener transacciones con dichas filiales, lo que provocó una caída de más del 6% en las acciones del grupo surcoreano.
Los nuevos gravámenes establecen que cualquier buque con al menos un 25% de capital estadounidense será considerado de origen norteamericano, ampliando el alcance de la norma. Esto ha generado preocupación entre los operadores, que han comenzado a suspender reservas y revisar sus operaciones en puertos chinos.
El impacto económico podría ser considerable: los cargos para un supertanquero rondarían los 6,2 millones de dólares, mientras que un portacontenedores mediano enfrentaría recargos de hasta 180 dólares por contenedor.
Con estas medidas, el conflicto entre China y Estados Unidos se extiende más allá de los aranceles, alcanzando a los puertos y rutas marítimas internacionales, en un momento en que gran parte del comercio mundial depende de la estabilidad del transporte marítimo.
