La medida busca frenar la expansión marítima del país asiático y genera respuesta inmediata de Pekín.
Noticia: A partir del 14 de octubre, Estados Unidos impondrá un nuevo régimen de gravámenes portuarios a buques de propiedad, operación o construcción china, en un intento por limitar la influencia del país asiático en la industria marítima global.
Las normas, elaboradas por la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR), exigen que los armadores acrediten el pago de las tarifas antes de operar en puertos estadounidenses. Los gravámenes comenzarán en 50 dólares por tonelada neta para naves operadas o de propiedad china y aumentarán progresivamente durante los próximos tres años. Además, se aplicará un cobro adicional a buques construidos en China.
La medida podría afectar hasta el 35% de los buques graneleros, tanqueros y portacontenedores, aunque los analistas prevén un impacto limitado en las tarifas de transporte. Según BIMCO, las principales navieras están reorganizando sus flotas y contratos para evitar los nuevos costos.
La norma ha generado inquietud en el sector marítimo por la falta de claridad en su aplicación y por dificultades operativas con el sistema de pagos estadounidense.
En respuesta, China anunció que aplicará gravámenes similares a los buques estadounidenses desde la misma fecha, calificando la medida como una violación a los principios del comercio internacional. Este nuevo cruce de sanciones amplía las tensiones entre las dos potencias en el ámbito marítimo y comercial.
