Las medidas arancelarias han frenado las importaciones desde Asia y afectado a trabajadores logísticos
El puerto de Los Ángeles, el más activo de Estados Unidos, enfrenta una caída del 35% en la llegada de carga durante la primera semana de mayo, debido a la guerra comercial impulsada por el presidente Donald Trump contra China.
Según su director, Gene Seroka, la actividad en los muelles ha disminuido notablemente, y muchas empresas han detenido sus pedidos habituales de productos como ropa, juguetes y muebles.
El puerto de Long Beach prevé una reducción del 30% en las importaciones durante todo el mes, mientras decenas de buques han cancelado sus rutas.
Los aranceles han elevado los costos de productos chinos hasta dos veces y media en comparación con el mes anterior, lo que podría traducirse en estanterías vacías y precios más altos para los consumidores en Estados Unidos.
Mario Cordero, director del puerto de Long Beach, advirtió que la situación impacta a todos los puertos del país.
Trabajadores del sector logístico, como Antonio Montalbo, ya enfrentan alzas en costos de mantenimiento y menos trabajo, y expresan frustración con la política comercial de Trump.